La Teoría de la
Argumentación tuvo su origen en la antigua Grecia y en principio, ella recibió
el nombre de Retórica. Gracias a las reformas democráticas de Pericles
(490-429) se creó una nueva clase de profesionales que eran llamados
"sofistas" y quienes asumieron el ejercicio de la filosofía, la
ciencia y la política para defender ante los jueces las causas y los reclamos
del pueblo.
Aristóteles es
reconocido como el padre de la Teoría antigua de la Argumentación. Y gracias a
Perelman, filósofo y jurista polaco, conocedor y asiduo estudioso a las teorías
de Aristóteles, rescatando lo mejor del viejo mundo y creando la "Nueva
Retórica Los grandes lógicos de todos los tiempos fueron: Platón, Agustín,
Thomas de Aquino, Descartes, Locke,
Hume, Kant y Bertrán Russell.
La retórica aristotélica, fue la base,
ella dominó en la antigüedad y con el paso del tiempo, se la tergiversó, hasta
convertirla en simple teoría de la composición del discurso, se la redujo a
ornamentos del lenguaje sofísticos o estilo de grandilocuencia que va
predominar en la edad media y primera mitad del siglo XX.
Durante la edad
media y aún en el renacimiento, la retórica se hizo más sofisticada, utilizada
en situaciones, desde las
matemáticas hasta la poética y se expresaba a través de todo tipo de técnicas
orales, gesticulares, corporales siempre con el objetivo de impresionar al
interlocutor y finalmente persuadirlo o disuadirlo La motivación:
concepto, Justificación interna y externa.
De
acuerdo con Perelman, se denomina "Teoría de la Argumentación" al
estudio de las estructuras formales en el arte de argumentar como proceso
comunicacional. La Teoría de la Argumentación, basada en el estudio del acto de
argumentar tiene por objeto explicar cómo se argumenta en los auditorios
complejos y para explicarlo acude a una lógica distinta a la formal, estamos
hablando de la lógica proposicional que tiene su propia ética y sus categorías
para determinarla como toda una explicación del acto de seducir, sustentar y
probar un punto de vista.
Adolfo
León citando a Perelman propone, que a la hora de argumentar hay que tener
presente que “La misión del filósofo, es la de ser vocero de la razón, ser
defensor de los valores universales supuestamente válidos para todos los
hombres” y que persuadir a alguien es convencerlo de que nuestra opinión es mejor
que la suya y por lo tanto debe emplazarla. En sus escritos recomienda:
La
teoría de la argumentación se construye en un ambiente filosófico. La filosofía
es un intento racional -aunque no científico-, por resolver problemas
inmaduros. Es decir, problemas para los cuales no existe un método estándar
reconocido por una comunidad de especialistas. La argumentación es un intento
por producir determinados efectos en el público, en la audiencia o en un
auditorio.
Para
que la teoría de la argumentación sea teoría razonablemente aceptada, requiere
definir un concepto clave, que es el concepto de fuerza de un argumento o
fuerza de una argumentación.
La
teoría de la argumentación, nos pide “tratar a todos los seres de la misma
categoría, de manera semejante”.
Se denomina
"Teoría de la Argumentación" al estudio de las estructuras formales
en el arte de argumentar como proceso comunicacional en el cual se da primacía
de la razón práctica, por encima de la razón instrumental.
Los
argumentos se deben expresar mediante proposiciones. Por eso La argumentación
se formula en lenguaje de la lógica informal, la demostración lógica
fundamentalmente en el lenguaje de la formalidad científica.
La argumentación conduce de manera inexorable a
acuerdos, la lógica a la verdad irrefutable a través de la prueba
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